miércoles, 10 de septiembre de 2008

Donde nos hemos metido ...

Cuando llegué a León después de haber recibido la llamada de Cocogrino (1) no sabía lo que se nos venía encima al día siguiente.
Allí estaba ya algo descansado pero hambriento después de la última etapa que se hizo desde Carrión de los Condes, 108Km bastante llanos pero con un viento de cara muy molesto que le hacían ir más despacio, claro está que con los casi 10kg de las alforjas hace que esto fuera bastante duro. Comimos en casa y después nos dispusimos a dar una vuelta por León, Hostal de San Marcos (rico café acompañado de la bonita techumbre de la cafetería) y aparece por fín el tercero de los bicigrinos, Llamagrino. Decidimos ir al húmedo(zona de vinos de León) y planificamos ir al día siguiente como primera etapa (aunque Cocogrino ya venía de hacerse 300km desde Logroño) a Ponferrada. Nos esperaban 118 Km de relativa pendiente según el perfil que teníamos marcados en los mapas. Las tapas en León son estupendas, 10 ó 12 tapas más y recorrido casi todo el húmedo nos volvemos a descansar.

El día amanece claro y tras montar el equipo partimos a nuestro destino a la 7:00. La primera cuesta en la Virgen del Camino la pasamos como si nada .... tras 25km llegamos a San Martín del Camino donde nos espera Llamagrino.... Ataviado con su particular equipo, su casco prominente y su caballo metálico hecho a medida por él, nos dirige por este comienzo de camino que conoce muy bien.

Un puente romano, un sendero, Hospital de Orbigo, Santibañez de Valdeiglesias, una sucesión de pueblos adoquinados, otro puente, una cruz, otra señal amarilla que nos indica que vamos mal. Esto es precioso. Admiro cada iglesia, cada sitio.

Perfil de la etapa

Por fin llegamos al primer punto relevante, Astorga con su magnífico 'Palacio del Obispo' adornado con detalles que le dan ese aire templario que le supo imprimir Gaudi, tras admirar la ciudad, llena de gente por sus fiestas, su reloj particular de la plaza mayor tan llamativo, partimos hacia el primer puerto de montaña 'de verdad', Foncebadón y después Ponferrada.


Me llama mucho la atención la cantidad de peregrinos que hacen el camino.. mientras les adelantamos nos miran con su cara cansada dándonos su "Buen Camino" con el que todos nos regalamos haciendo que cada pedalada y pisada se nos haga más orgullosa.


A las 14:30 ya no podemos más, hartos de beber agua de nuestras garrafas, tenemos que comer y aprovechamos la vista de unas construcciones medievales que intuyen una "posada" estábamos en Foncebadón... como nos gusta el nombre. Nos imaginamos mesoneros, vino en jarras y cochinillos para comer con las manos y es exactamente lo que nos encontramos. Hacía mucho tiempo que no comía con tanto ahínco, la sensación de beber vino y que te resbale por el cuello es algo bestial ... después, un descanso a la sombra.

El ascenso a lo que quedaba de puerto me recordó a alguna tortura medieval.... !Por fin la cruz del alto! vaya, no es esta tampoco!!! .... nos iban confundiendo las distintas cruces que están 'en lo más alto' pero que a los pocos metros tras otra curva se adivina otra subida y otro pequeño esfuerzo. Tras cinco amagos de llegar a la cumbre vemos de forma indiscutible la cruz tan ansiada, el alto de Foncebadón. Era un montículo hecho de piedras que van poniendo allí cada peregrino que llega a esta cima. Vemos fotografías, cartas, objetos personales, trozos de almas que han dejado su rastro, plegarias para hacer que regrese esa persona amada... nos maravillamos ante tantos vestigios y tras reflexionar comenzamos el descenso a Ponferrada que se adivina allá a lo lejos, tras una pequeña bruma en el fondo de nuestra montaña.


A una velocidad de vértigo descendemos con el aullido constante de la máquina de Llamagrino, era como el aviso de que un animal salvaje se acercaba vertiginoso, sentí cierto miedo pensando que un pequeño descuido a esa velocidad podría ser fatal. Ya nos lo anunciaban los carteles y el apunte de todos los escritos que habíamos consultado acerca de un bicigrino alemán muerto por despeñarse al bajar a gran velocidad. ..Molinaseca..El calor que desprendía la montaña y el calor acumulado del esfuerzo hacía que quisiera que acabara todo de una vez; mi ansiedad me obligaba a que tragara la saliva, que no tenía, y con la boca 'seca', mi lengua buscaba cobijo desesperada recibiendo agresivos chorros de aire caliente que entraban sin control.

Al fin, llegamos a la base de la montaña, todo mi sufrimiento se desvaneció de golpe al ver a un grupo muy numeroso de gente que se bañaba en el río, se olía el agua fresca que bajaba rugiendo entre las rocas. Paramos en una ermita donde varios peregrinos descansaban a la sombra y bebimos de una fuente que parecía milagrosa pues hizo que recuperáramos las fuerzas en poco tiempo.

Con el sudor pegado y los músculos entumecidos decidimos seguir adelante y tras varios kilómetros llegamos a Ponferrada. Fue todo muy rápido, nos alojamos, nos duchamos, nos preparamos y como por arte de magia estábamos tomándonos unos jarrones de cerveza (néctar bien merecido) que nos hicieron revivir toda la jornada.


A las 10 de la noche estábamos en nuestras literas tras 118Km de calor y esfuerzo. Mañana nos esperaba el puerto de o'cebreiro, algo que se intuía sólo de pensarlo aterrador ... antes de cerrar los ojos ... como a trompicones por mantenerlos abiertos ... pienso casi entre sueños ... ¿pero Donde nos hemos metido ....



(1) Los tres bicigrinos protagonistas de esta historia Cocogrino, Llamagrino y Delasgrino.